martes, 14 de julio de 2015

El Doctor del cristal grumoso.

El abuelito, D. Ernesto Reig Vives, que vivía junto a sus nietas Ana y María, en el piso contiguo,
cuando eran aun lo suficientemente pequeñas para no parecer de estatura adulta
decidieron sumar fuerzas...
El abuelito recibía con frecuencia a su médico en casa, y solía darle la entrada a través de la puerta 
simplemente al notar que estaba allí, por la figura que se traslucía a través de la puerta de cristal grumoso:...
- Pase, pase Doctor...
Este gesto protocolario se ve que les gustó a las nietas y decidieron cooperar en una fenomenal broma.
- Ana tu te montas sobre mis hombros y con la chaqueta de papá, que es larga y un sombrero
llamamos a la puerta de cristal grumoso..
- Vale vale.
Dicho y hecho, allá van las dos desde su habitación. Como un gigante de la feria,
desde la litera Ana se encarama a los hombros de María
con la chaqueta y el sombrero, y allá van
- Tooc toc.
- Pase pase Doctor.
- Eh! ... carcajada de todos.
- Gamberras, que bromistas sois.
Bueno, pues esta actuación se podría repetir dos o tres veces en la misma tarde
y para ellas la frase "pase Doctor" era tan real y verosímil que no daban crédito
 a por qué el abuelito recibía tres veces la misma tarde al mismo Doctor.
¿Será por el cristal grumoso?.

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