COSTURERA EN HUÉSCAR

Eufemia Domínguez Fernández
era una mujer que iba a mi casa cuando éramos pequeños,
y cosía toda la ropa estropeada, zurcía calcetines,
enganchaba botones, planchaba, se colocaba sus lentes para ver de cerca,
me miraba como una madre, y cuando yo la miraba veía todas esas arrugas
en la cara, que llaman tanto la atención a los niños.
Creo que le decía: "Eufemia, estás vieja" y ella se reía.
Al cabo de muchos años la volví a ver, ya jubilada.
Vivía sola en su casa atendida por los servicios sociales del Ayuntamiento;
luego vivió en una residencia nueva, para personas mayores;
creo que volvió a su casa porque no se adaptó a la residencia,
murió casi a los cien años. El día que la vi, su cara, tenía exactamente
las mismas arrugas que cuando yo la miraba de niño,
y me pareció ver una belleza en sus ojos indescriptible.
Huéscar (Granada)