domingo, 28 de abril de 2013

D. Uvaldo Agulla, bisabuelo de mi amigo Javito, era de Ponteareas,
emigró a Buenos Aires y luego se fue a Salvador de Bahía, no me voy a referir ahora
a su profesión exactamente, sino mas bien al esforzado trabajo de su mujer,
ama de casa que le acompañó en su recorrido emigratorio por la América de los gallegos.
Esforzada mujer como digo, que aun por encima, quería mucho a D. Uvaldo, y para que visualicen mejor
lo que les voy a contar recuerden que él era mucho más alto que ella, por lo tanto nuestra protagonista
era menudita, y muy esforzada en el amor. Resulta que cuando había un enfado familiar, él ponía las manos
hacia atrás y erguía la cara y fruncía el ceño, de tal manera que aumentaba su altura, especialmente la de sus
labios, los cuales, la esforzada mujer, buscaba con ansia, procurando el perdón y la reconciliación,
pero con la altivez y la estatura del marido la pequeñita mujer no podía; de tal forma que el ingenio
la acompaño junto a su pasión, aunque solo fuera en contadas ocasiones: en una de esas rabietas el marido
vio que ella también escondía las manos detrás de sus pequeñas posaderas, y pensaría... esta mujer
me está imitando en mi forma soberbia de reclamar el perdón..., pero no era así, lo que ocurrió fue
en una décima de segundo, sin que el grandullón de su marido tuviese tiempo a reaccionar
ya que las manos las tenía en actitud de comandante y no de soldado, ella sacó sus manos escondidas de su trasero
empuñando una pequeña banquetita de madera, de un solo peldaño, la puso a los pies de su marido, subió el peldaño,
se le colgó del cuello, y le besó, sin dar cabida a la más mínima reacción del "enemigo",
que al cabo de unos segundos y con los labios sellados por el amor, también trajo su manos escondidas de su propio trasero y la abrazó, asombrado por tal emboscada, no tuvo más remedio que reconocer que su pequeñita mujer
merecía todo el perdón o al revés que aquel grandullón, tan difícil de escalar, también merecía ser perdonado en Salvador de Bahía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario