lunes, 15 de abril de 2013


Escolástica Gázquez (un familiar de mi abuela)

Lucho con honor, como soldado en la guerra de Cuba, esta guerra como acabó en pérdida los soldados volvieron como podían a España, a el le tocó arribar al puerto de Cádiz, y allí quedó, como eran de Velez Blanco inicio la marcha a pie hacia su pueblo, uno de los días de travesía cruzaba un apacible campo, absorto en sus pensamientos, cuando levanto la vista se dio cuenta que tal campo era de ganado taurino, y que algunos torso estaban demasiado cerca, pese al ardor guerrero o miliar pensó que si los astados iniciaban la carga el no podría defenderse bien, con las astucia de la guerra observo con rapidez y vio un poste de la luz lo suficientemente cercano como para que le diera tiempo a llegar, encaramarse y que el asta del toro no le rozara, a cuatro metros del suelo como y viendo esas bestias negras a sus pies, vino el atardecer y como no se iban los toritos, decidió hacer con sus correas y cinturón, improvisando con gran habilidad,
un arnés del cual quedaría colgado toda la noche, ya si pudo dormir algo, cuando llegaron al amanecer los vigilantes o mayorales de los toros a caballo le despertaron y extrañados de aquella curiosa forma de dormir, ya deberían suponer que lo hizo por los toros que ahora ya estaban mas lejos, así lo descolgaron, y el pobre soldado derrotado de la guerra de cuba, pero victorioso de ingenio ante una temporada completa de fiestas taurinas salió victorioso.

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