domingo, 18 de agosto de 2013

Doña María Torrecillas y el lobo de María


Doña María Torrecillas.
Madre de mi abuela Escolástica Gázquez, trabajaba en los tareas del campo de la Sierra de María,
 un día regresaba del campo al atardecer en su mula, cuando vio como la sombra de un animal le seguía
por la orilla del camino, pensó en un perro pero cuando oyó sus gruñidos y se giró y vio a un lobo de
 pelaje gris, de un respetable tamaño, viendo el sigiloso seguimiento del animal y que se posicionaba
en la parte alta de la cuneta pensó que podía ser cuestión de segundos que este atacara a la mujer,
ya mayor y aparentemente desprotegida, por eso sin pensarlo se sacó las dos alpargatas se las ató
en el brazo derecho, y con la mano izquierda abrió la navaja que llevaba en el bolsillo,
bajo ágilmente del burro y rápidamente provocó al lobo para que este se decidiera a lanzarse,
con su brazo derecho rodeado del esparto de las zapatillas se llevó la dentellada del feroz animal,
pero con el izquierdo le hico el cuchillo en el cuello, ahí quedo el lobo con su prepotencia y astucia,
no pudo ante la estrategia de una vieja que se mantenía ágil. Así Doña María entro en el pueblo
que lleva su nombre con un lobo como trofeo a lomos de su burro, para asombro de sus
conciudadanos. La piel del lobo la tuvo muchos años mi abuela sobre un sillón de su casa.
 

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