domingo, 18 de agosto de 2013

ahí llega el Hilario

Hilario
Era pescadero en Huéscar, el único en ciertas épocas, traía el pescado de Garucha en Almería,
en carros repletos de hielo por la noche, para anunciar a los del pueblo que había pescado fresco,
lo anunciaba contratando un pregonero. “ aviso al público que acaba de llegar sardina fresca a dos reales
el kilo”. El tal Hilario eran de una proporción desmesurada de cintura
y de un peso que desfondaba al motocarro que conducía,  cuando llegaba la Semana Santa,
 todo el mundo miraba a ver si le reconocían, los familiares o amigos tras el disfraz de nazareno,
por eso siempre en las procesiones hay cierto cuchicheo: “ahí va fulanito o menganito”,
pero cuando veían aparecer el doble calibre, de la sombra de un nazareno muy especial,
todos decían sin recato:  “ahí llega  el Hilario”, como si fuera un paso de la semana Santa de todos los años.

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